Mi ideal: Ser el Gusano Perfecto

escrito por Ariel Romero

Siempre he pensado que el ser humano para desarrollarse y lograr realizarse en su vida debe tener un reto espiritual. Un ideal, lo más inalcanzable posible, para que siempre haya espacio para seguir perfeccionandose. Esto no es nada nuevo. Todas las ideologías, seudoideologías y religiones han explotado este deseo humano. Los cristianos quieren ser lo más parecido a Cristo que se pueda, los budistas apartarse lo menos posible de las enseñanzas de Buda y el comunismo en la construcción del llamado hombre nuevo. En este último caso, por lo que veo, tienen que primero llevar al hombre a su estadío más antiguo, el de cavernícola, para empezar, me imagino, la construcción del hombre nuevo desde cero.

Como yo nunca he sido cristiano, mucho menos budista y dejé de ser comunista hace 20 años, me he dado cuenta que tengo que llenar ese vacío espiritual y he emprendido la tarea de encontrar un ideal en mi vida y no he encontrado nada mejor que tratar de llegar a ser el gusano perfecto.

Ser gusano no es muy difícil para el que es cubano: para ser gusano solo hay que ser cubano y anticastrista, esa es la definición de gusano. Esta definición me da la base en mi búsqueda del gusano puro, mi ideal de gusano.

Nuestros hermanos gusanos están regados por todo el mundo pero existe una mayor concentración en… ¿En qué lugar están pensando?… ¿Miami?….FALSO. La mayor concentración de gusanos está en Cuba, lo único que no se les escucha expresarse mucho porque en las condiciones cubanas su mejor atributo es el camuflage. Solo algunos valientes gusanos (llegaron a una etapa de desesperación tal que ya les da lo mismo atrás que en la espalda) se expresan sin tapujo y propagan nuestra ideología gusanil.

Pero si en Cuba es donde más cantidad de gusanos hay, sin duda alguna, es aquí, en Miami donde más realizados nos sentimos los gusanos. Aquí si se respira gusanería y me encanta esta cochambre.

Yo he empezado, autodidactamente, a superarme como gusano. Primero que todo tengo que lograr «dispararme» de 6 a 8 horas diarias de Radio Mambí. No lo he logrado todavía, no es una tarea fácil. Eso sí, no me pierdo un editorial de Perez Roura, llenos de sapiencia y militancia gusana aunque el otro día puso a Lituania y Estonia con costa en el Mar Negro pero eso son nimiedades, nada que ver con la esencia y pureza ideológica de nosotros, los gusanos.

Trato de no perderme los programas de «María Elvira Live» y «A Mano Limpia». Eso me ha hecho aprender cosas que no tenía clara, como cuando Ricardo Bofill, en «A Mano Limpia» nos iluminó, diciendonos que Andropov había llegado al poder después de Nikita (Parece ser que como el período de Breshnev se conoció por su inmovilismo no es para tenerlo en cuenta) y que Yeltsin fue el que hizo la Perestroika siendo advertido por el mismo Andropov (me imagino que el fantasma de Andropov, Bofill debe tener información que nosotros, pobres mortales no tenemos, como que Yeltsin era medium) de no aflojar mucho porque aquello se iba a ir para el caraj…. Cuando llegó a esta parte del relato parece que le avisaron que tanta información de una vez no era adecuada porque cortó de plano su exposición y pidió disculpas por haberse extendido tanto.

He pensado que para ser un perfecto gusano hay que practicar la libre expresión; por eso aunque no esté de acuerdo con Miguel Savedra y su motoniveladora en la Calle Ocho aplastando discos de Juanes tengo que respetar su derecho a expresarse de esa forma. Eso sí, si un «maceito» me sale con un cartel por la liberación de los cinco, se lo quito y se lo reviento en la cabeza y no por comunista, sino por atorrante.  Bueno es lo bueno,  pero no lo demasiado.

Pero lo más importante de todo es aceptarnos como gusanos que somos y sentir orgullo que nos llamen así.  Repitamos, con convicción:

¡SÍ, SOY GUSANO!