Bomba en el Cine Yara

by GilbertoGutierrez/Abril del 2011.

Cine RadioCentro, CMQ, Cine Warner, Centro Cultural Cinematográfico YARA
23 y L, Vedado, La Habana, CUBA
 Photo by GilbertoGutierrez, circa 2006

El maestro del cine negro Alfred Hitchcook decía que la esencia del «suspense» no era hacer que una bomba explotara, sino decirte que iba a explotar, pero no cuándo. Ponerla debajo del asiento del coche o automóvil de la víctima y mostrarle al público que allí estaba, pero darle largas al asunto, para que “su majestad” no pudiera estar tranquilo ni un segundo, esperando que la bomba estallaría en cualquier momento, bajo su butaca, en la sala oscura.

En los años 1993 al 94, por esas cosas del destino y el empujón de “mi papá de arriba”, trabajaba como director del CCC Yara, en 23 y L  en La Habana, el gran cine de Radio Centro y CMQ que Goar Mestre y no Fidel Castro nos legó a La Habana en 1948. Tengo que hacer la salvedad porque a principios de los 80 conocí a un émulo de Heredia, quien en una reunión nocturna, disfrutando en un televisor Sanyo a colores, la película del sábado, soltó a boca de jarro cuando yo defendía a la revolución:

-¡Bah, Uno no se enferma ni está estudiando todo el tiempo!. ¿Qué ha hecho la revolución?, ¿La revolución hizo el Capitolio?, ¿La revolución hizo el Habana Libre?, ¿La carretera Central, la Monumental?, ¿Qué hizo Fidel?, ¿Fidel hizo la Plaza de la Revolución?, ¿La Biblioteca Nacional José Martí?, ¿Fidel hizo el Malecón?, ¿La revolución construyó la CMQ?, ¿el Cine Yara?, ¿la Catedral de La Habana?

Me dejó mudo, a mis 19 años no me había cuestionado eso. De pronto daba por hecho que todo lo que me rodeaba era obra de la Revolución. Digamos, sabía que eran edificios antiguos, pero todos pertenecían a la revolución, al estado, y yo había perdido el sentido de historicidad a que te obliga el pensamiento independiente. ¿Lo había perdido o había crecido sin él?

Entonces comencé a contemplar la Habana de otro modo, a buscar cual arqueólogo, los años y la edad en los muros, las hendijas y las grietas de la arquitectura habanera. Llegué a descubrir que las manchas y costras de salitre, hollín, mugre y elementos cristalizados en la escalinata de la universidad habanera, en la del  Capitolio Nacional y en sus muros de concreto, las cabillas y angulares de hierro, desnudos, en los techos descascarados, no eran obra de la cercanía al mar, del salitre y la erosión, sino el abandono de más de 20 años sin mantenimientos, pinturas, sin “limpieza a presión”, un procedimiento de aseo que conocí 10 años después y en idioma extraño: “pressure cleaner”.

Cuando Pedro Almodóvar, en el mismo Radio Centro, nos dijo en 1994 que La Habana era como una “ señora mayor que había sido bella, pero que no tenía maquillaje”, se le olvidó decirnos también que había que “meterle” pressure cleaner.

Mayra Lilia Rodríguez Pastrana,Lazarito,Gilberto Gutierrez, hombre que rie ( Frank Padrón, gracias Marilyn ), Mayra Pastrana, Pedro Almodóvar, Rufo Caballero y Francisco Gonzalez Clavijo( Pancho ), photo cortesía de GilbertoGutierrez/ CCCYara, circa 1993

Y eso es lo que le hace falta hoy a La  Habana, “pressure cleaner”. Entre tantas cosas.

Pero en 1993, antes que el “enfant terrible” español nos visitara yo creía tener el mejor trabajo del mundo: elaborar  y dirigir la programación cultural del cine Yara, 3 salas de video, conferencias y clases de artistas y pintores, ciclos de cine y conversatorios con actores, escritores, músicos y cineastas. Atender además las necesidades de 2500 miembros del club que por solo 5 pesos cubanos al mes, podían permanecer todo el santo día en uno de los pocos sitios del país donde no se cortaba la electricidad y donde podían refugiarse  en aire acondicionado al salir del trabajo, en un país donde el aire acondicionado es solo un lujo de unos pocos.

Por otro lado el Yara era en ese entonces un santuario para los homosexuales, que no eran bien recibidos en todas partes, los 30 de Noviembre se celebraba el Día Mundial de Lucha contra el VIH, se repartían condones y se daban charlas de educación sexual, conversatorios con enfermos y médicos, del sanatorio de enfermos de SIDA, y se proyectaban películas sobre el tema. Allí en aquella esquina de 23 y L podían echar a volar, un poco más libre,  sus almas tan perseguidas en otros lares. Allí podían disfrutar más libres del arte mundial que se proyectaba en las pantallas de las cuatro salas oscuras, y ver en vivo y a todo color a los artistas que pasaban por el centro.

Otro atractivo interesante: allí no se hablaba de política, solo de cine y de arte, era territorio libre de los carteles y consignas del entonces Secretario General Robertico Robaina: ¡Somos Felices Aquí!, ¡Fidelidad! Y ¡El que no Brinque es Yanqui!, que me negué a colocar en las vidrieras del Yara, simplemente porque “aquel no era un centro político, sino de arte y cultura”, cosa que el dialéctico Robert, comprendió dialécticamente.

El Centro Cultural Cinematográfico Yara, aunque ya no era Radio Centro, era un lugar atractivo que había logrado cierto esplendor cultural de la mano de Fidelito Pérez Cárdenas y Francisco González Clavijo, sus primeros directores. Cuando Pancho me lo “pasó” a finales del 92, traté de mantener su espíritu original y como me exigía una y otra vez Fidelito Pérez, su “independencia relativa”, cosas bastantes difíciles para aquellos años declarados de Período Especial en Tiempos de Paz.

Pero volvamos a la bomba de Alfred Hitchcook, o mejor dicho, a las bombas, porque fueron más de una.

Era como Mayo de 1993 y estaba en el proceso de montaje de una de las dos galerías de artes plásticas del centro, ayudando a Machado, nuestro curador y montador, cuando me suena el teléfono de la oficina y corro escaleras arriba.

Serían las 2 y 30 de la tarde.

La sala principal acababa de comenzar la segunda tanda de Las Tortugas Ninjas, estreno que atrajo a muchos habaneros que ese día habían, casi, repletado la sala, a un 70 por ciento de su capacidad y las tres salas de video también llenas, en la sala A se pasaba un ciclo de cine sueco, en su mayoría películas de Ingmar Bergman, en la sala B un ciclo de cine japonés y en la sala C después de una conferencia sobre Nikita Mijalkov se estaba reproduciendo en VHS una copia excelente de “Propio entre Extraños y Extraño entre Propios”.  Los cinéfilos estaban felices y algunos esperaban a sus parejas en el lobby, comprando algo en la tiendecita y se oía, al abrir y cerrarse las puertas de la sala oscura, los gritos y algarabías de muchos niños que estaban disfrutando y se reían de lo lindo con las tortugas.

Llego a mi oficina, meto la llave en la cerradura, halo el picaporte,  con fuerza suavemente  lo  giro y abro la puerta, tirándomele  al teléfono que terminaba de sonar.

Era un Kelogg, americano, viejo de dial de disco con 10 huecos, Blanco, nunca me gustaron los negros.

Sentí álguien en la otra línea, respirando bajito, pero agitado:

-Si, dígame…

Hay una bomba en el cine….

-¿Cómo…, cómo…, …qué dice?

Realmente no entendí nada, no podía imaginar que álguien hablara tan bajito, …¿en Cuba?

-Que hay una bomba en el cine….

Es difícil poder entender que te están anunciando, literalmente, que eres objeto de una atentado con bomba. Si además nunca tuviste un teléfono en tu casa, a pesar de tener 28 años, no siempre se entiende bien lo que te dicen desde el otro lado de la línea. Yo solo utilizaba teléfonos públicos, cuando encontraba alguno funcionando de los pocos que operaban en La Habana y a veces no se oían bien, tampoco este Kelogg se oía impecable.

-¿Qué tú estás diciendo?, ¿quién tu eres?

-Te digo (podía oír la voz muy bajita, casi un susurro), que hay una bomba en el cine, va a explotar en 30 minutos, saca a todo el mundo del cine si no quieres ver una masacre.

-Mira, espera…..- iba a decir yo cuando sentí un clic de la otra línea, colgando…

________________________________________________________

Para continuar leyendo  Bomba en el Cine Yara!, está ahora disponible en  formato digital para Tabletas, PC o Dispositivos Móviles en los siguientes enlaces:

Barnes and Noble/ NOOK   y    AMAZON.com/ Kindle

____________________________________________________

                         

       Photo by Gilberto Gutierrez

………………………………………………………………………………………………………….

 

¡Cómo me fuí en Balsa!.  Haga click aqui.

 


32 respuestas

  1. pssssttt… ‘ tienes una bomba en el telefono’…

    Muy bueno!!

  2. […] El balsero suicida: Memorias de un ex director del cine “Yara”. […]

  3. Amena lectura. Como abrir el baul de los recuerdos y descubrir que todo ha cambiado. Universo paralelo…. mientras el resto del mundo se empe~na en una alocada carrera…alla pareciera detenerse el tiempo.

  4. buenisimo la verdad

  5. Buenísimo…es una vuelta atrás en el tiempo, tiempos difíciles que uno no se cuestionaba como era la vida de funcionarios que tenían a su cargo decisiones importantes como las de director del Yara. Hasta que uno no empieza a trabajar en una institución no se da cuenta que todos esos puestos tienen rostro y que se trabaja con mucha presión.

  6. Yo ahora tengo dos intentos de textos en la papelera de reciclaje.
    Excelente, bro.

  7. Muy buen articulo. He ganado unos minutos de vida robados al trabajo … jajaja. Gracias por publicar asi.

    • RUBEN, YO HE HECHO LO MISMO, TAN AMENA LA LECTURA. SI MIRAS BIEN, TE PONES NERVIOSO COMO EL QUE PASO POR ESOS APUROS !

  8. Me he quedado alucinada con este genial escrito. He revivido esta historia, a medida que fui leyéndola, como parte de una vida que también a mi me toco vivir y que solo un cubano puede comprender.
    Felicidades Gilberto!!

  9. Un gusto encontrar este blog, me regresaste a la habana de los 90.
    Abrazos desde bien cerquitam aqui en Miami!

  10. Excelentemente escrito!

  11. Excelente, tan bien escrito que siento envidia porque mis artículos no son tan veraces e interesantes.

    Felicidades

    Juanca

    • JuanCa:
      te respondo a ti y quiero agradecer tus amables palabras y las de los que te precedieron. Es difícil que tus artículos no sean tan veraces y/o interesantes, a mi me pasa igual cuando escribo o cuando leo otros escritores que me maravillan y me haceb sentir la misma envidia positiva. Cuando escribí este no pensé le gustaría a mucha gente y dudé si servía para publicar. Tuve que consultar a mi santo y a mi colega en esta aventura bloguística. No tengas temor y suelta lo que tu corazón siente, seguro puedes superar cualquier golpe de suerte.
      Gracias otra vez

  12. es una bomba felicidades

  13. Excelente narracion, puse el link en mi FB

  14. Tienes una bomba en tu inbox de FB…….. muy bueno balsero. Cuantos recuerdos de ese Yara, yo iba siempre de madrugada

  15. Muy bueno Gilbert, ja ja que recuerdos.
    Besos

  16. Gilbert, cuando vi la foto donde sale Mayra Lilia Rodríguez Pastrana,Lazarito,Tu, hombre que rie, Mayra Pastrana, Pedro Almodóvar, Rufo Caballero y Francisco Gonzalez Clavijo( Pancho ).
    Que recuerdos. Te pregunto el hombre que rie no es Frank Padron?. Cuando fui en diciembre me entere por Luisa que Rufo había muerto.
    Que bueno volver a ver esas caras!

    • Marilyn: Tienes razón, es Frank Padrón, Entre los años, el tiempo y que se ve solo un pelito, no pude recordar que el estaba ese día allí, la foto es bien mala, Si, Rufo acaba de morir y es bien lamentable que una persona tan buena haya muerto tan jóven. Te agradezco enormemente tus comentarios.
      Un fuerte abrazo.

  17. Socio, Kubrik no tiene nada que ver con ‘Blade Runner’. La cinta es de Ridley Scott.

    • John:
      Usted tiene toda la razón del mundo, tremenda pifia, aunque no cinematográfica, se me fue de a viaje, lo que demuestra que no siempre se debe confiar en la memoria y hay que revisar muchas veces lo que se escribe. He visto BLADE RUNNER unas 15 veces y en aquella época puede que no me hubiese equivocado con el nombre del director, pero 16 años después, trabajando en factorías, construcción y en televisión comercial el entrenamiento se fue al caraj…, bueno, … a bolina y se ve que el cerebro va en franca decadencia. Le agradezco la corrección y lo enmendaré en el escrito, aunque siempre quedará esta nota de cómo John Wayne le hizo un disparo a la cabezota de elbalerosuicida.
      Gracias y un abrazo.

  18. te mande un pudin,y con pasitas,,,,,cuidado tiene una bomba!!!!!

  19. Soy chileno y en febrero de este año estuve en La Habama.
    No me voy a pronunciar en la situación política de Cuba, no me corresponde.
    De las muchas cosas que me gustaron de La Habana, entre otros edificios antiguos, el come Yara me cautivó pues soy cineófilo y me encantó encontrar ahí cines como los de antaño.
    En Santiago estamos invadidos de cadenas de multisalas de bolsillo y de verdad fué para mí un regalo ver este cine que me llevó a mi niñez de los años 50′ cuando desde una modesta galería , (la entrada más económica) disfrutaba de películas y seriales de la época.

    • Juan Ocares:
      Gracias por su comentario y nos alegramos La Habana y su cine le rercordaran su niñez. En La Habana habian al triunfo de la revolucion unas 450 salas de cine como las de su niñez y el desarrollo del mundo civilizado occidental, no acabó con ellas, por el contrario fueron el socialismo subdesarrollado y la dictadura comunista las que acabaron con ese enorme numero, ahora La Habana cuenta con apenas un centenar de cines o algo más, lo que demuestra que parece que era una tendencia de futuro, que tampoco llegó a Cuba, donde lpos carros antiguos, los cines y casi todo recuerdan al pasado de los 50’s en vez de mostrar los triunfos del futuro que enunció Fidel allá, al triunfo de su revolución de esperanzas. La politica es algo que nos obligaron a los cubanos respirar, comer y vivir a plenitud, dí a día, por estos más de 50 años, por eso los cubanos siempre hablan de política, creemos que sí nos corresponde, pero nos gustaría le correspondiera a otros pueblos y parece que Dios nos escuchó, ahora les ha tocado a los venezolanos saber lo que es vivir día a día de la política y ver cómo se puede destruir un pais, gracias al socialismo. Ojalá los chilenos hayan aprendido la lección y nunca se les ocurra desandar los caminos de su pasado, aunque no tengan , como los cubanos, salas de cine antiguas. Le saludo y espero que nunca le corresponda hablar de politica, como a nosotros.
      Un abrazo.

Replica a elbalserosuicida Cancelar la respuesta